Toda la región Toscana ofrece una oportunidad única e increíble de vivir y experimentar, en una compacta región, alguno de los vinos más preciados del mundo.
Te recomendamos empieces tu recorrido por Florencia, con una degustación en la Plaza Antinori, llamada así en honor de los dueños de los viñedos y del bar de vinos más refinado de la ciudad, el Antinori Cantinetta. Si buscas algo más sencillo, prueba La Fiaschetteria en Oltrarno.
Siguiendo tu camino puedes visitar Carmignano, a las afueras de Prato, que presume de una de las tradiciones de vinificación más antiguas de la Toscana, y sin embargo es apenas conocido por los turistas extranjeros.
Los viñedos de Chianti no necesitan presentación para los amantes del vino, y muchos de ellos pueden ser visitados libremente. Sólo algunos, sin embargo, tienen alojamiento para turistas.
Ya que lo mencionamos, no podemos dejar de hablar de él: el Chianti es un vino tinto muy seco, con mucho carácter y sabor concentrado a fruta, con notas de cerezas y violetas, generalmente elaborado con la uva sangiovese.
San Gimignano y Volterra casi se pueden considerar como una parte de Chianti, ya que están muy cerca. Sin embargo, allí te recomendamos probar el vino blanco Vernaccia di San Gimignano.
En Bolgheri se inicia la región de los llamados vinos “super toscanos”, donde encontrarás famosas etiquetas como Sassicaia y Ornellaia. Aunque están un poco fuera de las rutas turísticas, vale la pena el viaje para aquellos que son verdaderos amantes de los buenos vinos.
En Montalcino y Montepulciano encontrarás los vinos Brunello di Montalcino y Nobile di Montepulciano, dos de los tintos más apreciados del país, con el campo circundante que los produce realmente espectacular.
Te recomendamos alojarte en uno de los históricos pueblos de la colina, ya que cada uno de ellos se desarrolla esencialmente en torno a la industria del vino.
Uno de los aspectos más destacados de cualquier viaje de cata por Italia es el Museo del Vino de Torgiano, cerca de Perugia.
Es el único de su clase, propiedad de y operado por el productor más grande de la zona, Lungarotti. La familia también tiene una sala de degustación justo al lado del museo.
Por último puedes visitar Asís, que aunque no cuenta con ningún atractivo enológico, su magnífica Basílica di San Francesco es un imperdible santuario de la cristiandad que vale la pena conocer si estás por la región.
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Dada la riqueza vinícola toscana, establecimientos como la enotecas, con servicios de cocina, y los bares de vinos están en pleno auge. Al igual que la hosterias proponen platos del día y comidas rápidas, disponen además de una amplia oferta de vinos propuestos tanto en jarras como en botellas. |
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Dada la riqueza vinícola toscana, establecimientos como la enotecas, con servicios de cocina, y los bares de vinos están en pleno auge. Al igual que la hosterias proponen platos del día y comidas rápidas, disponen además de una amplia oferta de vinos propuestos tanto en jarras como en botellas. |
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